Una carta de esperanza a la vida silvestre

March 3, 2022
Una carta de esperanza a la vida silvestre
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Querida Vida Silvestre:

Han pasado nueve años desde que empezamos a conmemorar este día y me resulta un poco penoso pensar que tan sólo sean nueve, considerando tu existencia millonaria en este planeta; nuestro planeta.

Quisiera empezar diciendo que, el origen de esta celebración no ocurre únicamente en virtud de festejar tu valor intrínseco -como si no fuese consideración moral suficiente- y más bien, sienta su causa en una problemática, que como muchas otras, ha propiciado mi especie: tu amenaza, tráfico y extinción.

Precisamente un 3 de marzo de 1973 (es decir, un día como hoy pero hace 49 años), se aprobó la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés), cuya finalidad es proteger la vida silvestre que se ve involucrada en procesos de comercialización. Podríamos profundizar en por qué siquiera existen especies silvestres que queremos comercializar, sin embargo, en un anhelo de que esta carta nos permita valorarte y siempre protegerte, he decidido no indagar en nuestra necesidad humana de dominar todo en la naturaleza, y centrarme en las razones por las cuales eres indispensable.

La CITES, como otros tratados y organismos regulatorios a los que también les debemos esta efeméride, hace un trabajo fantástico. En México, tenemos dependencias y secretarías que igualmente procuran tu protección y conservación. Y aún cuando me duela saber que a veces tenemos intereses y objetivos de conservación distintos, me da gusto pensar que, día con día, te siguen protegiendo, independientemente de la barbarie que en ocasiones implica vivir en este planeta antropocentrista.

Por otro lado, tenemos actores igualmente fantásticos y que suelen tener un peso muy relevante en tu cuidado. Nosotros en Toroto, así como nuestra comunidad, nos incluimos dentro de este grupo. Mediante esta carta, y en representación de Toroto, expreso las convicciones personales que me llevan a protegerte:

Primeramente y sin dudarlo, me motiva tu condición de vida, es decir, tu valor intrínseco, no instrumental, no utilitario: "valor que un objeto posee independientemente de las valoraciones de los que valoran" como diría John O'Neill (1993) en Human Well-Being and the Natural World. No considero que exista una razón mayor para tu protección que el simple hecho de que existas. Sin embargo, nuestra coexistencia me lleva a reconocer el vínculo tan cercano que tenemos, por lo que profundizaré en las siguientes razones adicionales:

Por un lado, tenemos los servicios ecosistémicos (SE). Razón de más para tu protección, ya que entre mayor diversidad de vida silvestre exista, mayores son los beneficios de los que gozamos. Esta relación es directamente proporcional, pero no exactamente lineal, ya que tenemos conceptos como la adicionalidad, que nos demuestra que una acción de conservación específica en pro de mejorar los servicios ecosistémicos, nos procura más beneficios que los que la acción hace en sí misma.

Algunos SE son muy obvios y conocidos, como lo son los de apoyo, abastecimiento y regulación. Estos nos otorgan captura y almacenamiento de carbono, purificación de agua y aire, alimentos nutritivos, regulación de la temperatura, materias primas, energía, control de enfermedades y mucho más. Sin embargo, también existen otros quizá no tan conocidos, pero que han sostenido el desarrollo inmaterial de nuestra civilización; estos son los servicios culturales. La flora y fauna silvestre ha sido inspiración -en mayor o menor medida- para cada una de las sociedades que habitan el planeta, siendo tanto origen como término de las diferentes cosmovisiones existentes: desde aquellas cuyas creencias y tradiciones giran en torno al animismo y la exaltación de la naturaleza como madre creadora y ser omnipotente, hasta las que te ponen en el último eslabón de relevancia, muy al estilo de la ideología que reinaba en el Medievo, aunque pareciera que muchas veces, aún vivimos ahí.

Yo no podría decir que comulgo con alguna de las anteriores, pero definitivamente he experimentado en carne propia el enriquecimiento espiritual e intelectual que me brindas. Asimismo, si bien podría sonar frívolo, me parece muy importante mencionar tu crucial participación dentro de nuestra experiencia estética. Definitivamente, has sido -y eres- inspiración para un sinfín de manifestaciones artísticas, por eso decido cerrar este apartado compartiendo un pequeño fragmento de una de mis favoritas (que creo resume la admiración que me provocas):



Tyger Tyger, burning bright,

In the forests of the night;

What immortal hand or eye,

Could frame thy fearful symmetry?

In what distant deeps or skies.

Burnt the fire of thine eyes?

On what wings dare he aspire?

What the hand, dare seize the fire?

(William Blake, 1794)



¡Tigre!, ¡Tigre!, brillo ardiente

En los bosques de la noche,

¿Qué inmortal mano, qué ojo

Forjó tu atroz simetría?

¿En qué abismos, en qué cielos

Ardió el fuego de tus ojos?

¿En qué alas osó alzarse?

¿Qué mano osó el fuego asir?

Traducción de Davino Sena. Poemas. Eutomia, 1(22),362.

Para finalizar, y aunado a la relación directa entre servicios ecosistémicos y biodiversidad, este último concepto nos recuerda (aún cuando nos hemos esforzado históricamente por separarnos de ti) que somos parte de la naturaleza; nos recuerda que los ecosistemas se conforman de redes complejas de interacción, donde ningún agente sobra. Nos demuestra que la diversidad de formas, funciones y estrategias son necesarias para crear resiliencia. También nos demuestra a través de sus parámetros e índices, que a veces menos es más; que lo cuantitativo y lo cualitativo son sólo enfoques que se complementan y no se contraponen.

La biodiversidad nos da grandes enseñanzas para relacionarnos entre humanos, con la otredad y con los demás organismos con los que coexistimos. Nos enseña de equilibrios y desequilibrios, pero sobre todo, nos enseña que el camino para combatir la crisis ambiental y climática comienza con conocerte, protegerte y -aunque no exista un final como tal- esta última etapa eternamente en construcción se da cuando desdibujamos las barreras naturaleza/sociedad que hemos impuesto, y aprendemos a manejarnos sosteniblemente.

Con mis mejores deseos, me despido esperando que todas las acciones que nosotros tomemos sean en función de tu protección y permanencia en el planeta, ya que si aseguramos lo anterior, también aseguraremos la nuestra y la de los que vienen.

Thank you, Wildlife, for being and giving us life!

- Fotografías proporcionadas por el proyecto "Diagnóstico del consumo de carne de monte y el establecimiento de unidades de manejo para la conservación de vida silvestre (UMA)" ejecutado por ECOBIOSFERA EL TRIUNFO, S.C., con el apoyo de ENDESU, A.C. y WWF.

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