Respuestas a las preguntas más retadoras sobre la compensación de carbono, parte II

August 25, 2022
Respuestas a las preguntas más retadoras sobre la compensación de carbono, parte II
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Santiago estudió Ingeniería en Energías Renovables. Además de ser cofundador y CEO de Toroto, es Director del consejo de Student Energy. En Toroto lidera un equipo técnico que opera soluciones basadas en la naturaleza, restauración ecológica, mercados de carbono y más.

En la primera parte de esta entrevista hablamos sobre algunas controversias interesantes alrededor de la compensación de carbono. Profundizamos en la presencia del colonialismo climático en el mercado de carbono, en la permanencia de un proyecto de carbono forestal que existe en un planeta que se incendia cada vez con mayor fuerza y sobre si monetizar o no a la naturaleza es una forma correcta de enfrentar y resolver la crisis climática. Sabemos que son temas polémicos y llenos de retos, por lo que decidimos contestar dichas preguntas desde nuestra postura y experiencia, con nuestro CEO y cofundador como representante. Hoy continuaremos con la segunda parte de esta entrevista donde hablaremos de algunas otras controversias como lo son los monocultivos, la adicionalidad generada en un proyecto, el capitalismo en tiempos de crisis climática y qué debemos de cambiar para realmente hacer las cosas diferentes.



Toroto: ¿Por qué un proyecto de carbono forestal sí y un monocultivo cualquiera (palma, por dar un ejemplo) no? ¿No toda la vegetación captura CO2? ¿No sería esta última opción más rentable para los dueños de la tierra?

Santiago: No. El punto de la correcta gestión del ecosistema es la recuperación de sus características funcionales, y ésto, no es compatible con que tenga árboles y ya. O que esté verde y punto. Se trata de recuperar esta funcionalidad, es decir, los servicios ecosistémicos que se ofrecen en los paisajes -secuestro de carbono, infiltración hídrica, corredores biológicos y demás. Una de las principales fortalezas del mundo natural para existir con resiliencia es precisamente su biodiversidad. Dentro de un paisaje, todas las especies tienen una interacción que lejos de ser coincidencia, es necesaria para el correcto establecimiento de todo el universo vegetal, fúngico, microscópico y animal que implica la biodiversidad. Un monocultivo no tiene un balance en riqueza y abundancia, no hay un balance entre los nutrientes que entran al suelo ni los que salen del suelo, ya que sólo implica una especie. Un monocultivo no es permeable para otros organismos, no existen interacciones interespecie. Cuando tenemos monocultivos o pensamos en un proyecto únicamente desde la lógica de un servicio ecosistémico, digámosle, "sólo me interesa infiltrar agua", ésto no es una correcta gestión del territorio, ni le devuelve la funcionalidad al ecosistema. Cuando hacemos restauración, uno de los primeros pasos es establecer un ecosistema de referencia, es decir, el ecosistema hacia el cual queremos llegar, pero no nosotros los humanos con nuestro trabajo, sino la naturaleza: haciendo intervenciones mínimas que permitan la sucesión natural del ecosistema, para así, devolverle la resiliencia y la funcionalidad.

Es difícil decir si los dueños de la tierra perciben más dinero de un monocultivo que de un proyecto de carbono forestal ya que los modelos de negocios son diferentes; sin dudarlo ambos son atractivos para cualquier persona: el carbono da año con año y un monocultivo depende de la productividad y ciclo de vida del cultivo en cuestión. Lo que sí es fácil decir es que uno de estos proyectos no es igual al otro con respecto a los beneficios que le genera al ecosistema, o al planeta, o su gente. Uno no le devuelve la funcionalidad al paisaje, uno no genera servicios ecosistémicos ni salvaguardas sociales. Mientras que la correcta gestión del carbono forestal genera beneficios adicionales para los dueños de la tierra, para el planeta y para la biodiversidad, un monocultivo estándar no lo hace.

Sin embargo, una realidad es que muchos de estos proyectos productivos nocivos, como definitivamente es un monocultivo, también podrían suceder dentro de la correcta gestión territorial. La correcta gestión no necesariamente quiere decir volver a poner la selva -en muchos casos sí- pero a veces quiere decir hacer actividades productivas de forma correcta, como sistemas agroforestales o agricultura regenerativa.



T: ¿Qué significa el concepto de "adicionalidad" dentro de la compensación de carbono? ¿Qué implica?

S: La adicionalidad es uno de los conceptos más complejos y manipulables que existen en el mercado de carbono, sin embargo, me gusta entenderlo como aquellas condiciones de bienestar que existen alrededor de la conservación y restauración de un área de proyecto que no existirían en ausencia de ese mismo proyecto. Aquí sólo estoy hablando de las condiciones de bienestar, pero en realidad la adicionalidad implica también condiciones de buena gobernanza, condiciones que permitan la permanencia y muchas situaciones más.

Por otro lado, hay otras formas de entender la adicionalidad que también me gustan y una de éstas es cuando el bienestar es adicional: tal vez ya tienes conservación, pero en un contexto de pobreza u opresión; tal vez tienes servicios ecosistémicos en un contexto de persecución a activistas, en un contexto de cacería furtiva, en un contexto de deforestación y tala ilegal. Se puede tener mucho y poco a la vez. De esta forma, cuando lo adicional es el bienestar, esa capacidad de sí encontrar gobernanza, sí encontrar permanencia, sí encontrar estructura dentro de la lógica de restauración y conservación de un ejido o una comunidad, eso para mí es la forma de adicionalidad más importante.

Ahora, hay lógicas que sólo se concentran en carbono, y no en servicios ecosistémicos ni salvaguardas sociales, esas que piensan que la selva nada más está ahí y que está separada de la protección de sus propietarios, es decir, que quienes habitan la selva no hacen nada por protegerla; lo anterior es algo muy desconectado de la realidad. Ningún ecosistema nada más está ahí. Todas las selvas y bosques que existen hoy, están ahí hoy porque la gente está ahí. Es importante hacer conciencia de que toda esa vegetación no existiría si no fuera por las personas dueñas de la tierra quienes deciden activamente conservar el planeta, en conjunto -o no- con gobierno, organizaciones u otros interesados.

Hay una forma más de comprender la adicionalidad, y es la que se da en los registros actuales y la establecida por el mercado de carbono actual. Para este sector la adicionalidad es legal, es decir, que si en un territorio la ley te obliga a proteger y restaurar un área, entonces no te van a pagar por hacerlo, ya que es obligatorio; mientras que si la ley te permite devastar y decides no hacerlo, entonces sí te van a pagar. No sé cómo empezar a explicar las muchas maneras en las que lo anterior es retorcido, como si incentiváramos la devastación en lugar de acoplar la voluntad de mercado con la voluntad política, que es lo que deberíamos estar buscando todos.

Por lo que sí, la adicionalidad es un concepto complejo, a mí personalmente me gusta entenderla como la primera definición que di y pensar que cuando hay gobernanza, respeto, equidad y permanencia, el bienestar es adicional, y entonces, algo estamos haciendo muy bien.


Aún si hoy dejáramos de contaminar, reducir no sería suficiente.

Hay que compensar, y siempre que existamos, habrá que compensar.


T: Ya que la adicionalidad es lo que nos permite generar bonos de carbono, ¿cómo entender los bonos de carbono de una forma diferente a la simple capitalización de la naturaleza?

S: Empecemos por decir que es el incremento del capital natural al interior de un área de proyecto lo que monetizamos. No olvidemos que en los proyectos con correcta gestión territorial, como lo hacemos en Toroto, de cada peso que le entra al proyecto, le deben entrar seis o siete a cada comunidad o ejido dueño de la tierra, por lo que realmente no creo que el problema sea monetizar. Esta respuesta va de la mano con la pregunta sobre el mercado de carbono y el colonialismo en la primera parte de esta entrevista. Si el sistema es capitalista, nuestros mercados también lo son. Por supuesto. Pero ¿está mal monetizar en beneficio de quienes históricamente han sido oprimidos por el mismo sistema capitalista que no sólo destruye a la naturaleza, sino a su gente? Bajo esta perspectiva, la pregunta se responde sola.



T: Pongamos el caso hipotético -nuevamente no tan hipotético- en el que una empresa no tenga incentivo para dejar de contaminar porque los bonos de carbono son muy baratos, y al pagarlos, puede continuar business as usual. ¿Qué puede hacer la compensación frente a esta común situación?

S: La respuesta es sencilla: la verdadera compensación no puede ser barata, porque no es barato. Los bonos de carbono baratos muy probablemente representan proyectos que no están realmente teniendo un impacto positivo. Es imposible que a ciertos precios -de 15 dólares para abajo, o incluso de 20 dólares para abajo- esté habiendo acción climática de calidad detrás. Por lo tanto, no es que puedas compensar barato, eso es un mito; puedes comprar bonos chafas que son muy baratos, pero si estás compensando de verdad, es decir, quitando de la atmósfera la misma cantidad de gases de efecto invernadero que emites, de manera adicional, bajo una lógica del bienestar y una lógica de permanencia, eso no puede ser barato. Por otro lado, efectivamente el precio de todos los bonos de carbono debe subir para que las empresas tengan mayor incentivo para invertir en reducciones de emisiones y después invertir en secuestro de carbono. Eso sí es una realidad.




T: Debido a la latencia del CO2 en la atmósfera, la cual es en su mayoría de 100 años promedio, ¿qué pasaría si sólo redujéramos nuestras emisiones a partir de ahora, sin además compensarlas?

S: La vida tiene un impacto, la vida es entrópica, la vida va a producir emisiones de gases de efecto invernadero con cualquier cosa que hagamos, de entrada porque no podemos hacer nada sin gastar y es imposible gastar sin generar emisiones de gases de efecto invernadero. Cada swipe, cada peso, cada acción tiene emisiones de gases de efecto invernadero, por eso es que genera más emisiones quien más gasta. Hay muy pocas maneras de gastar un dólar que no produzca emisiones de gases de efecto invernadero detrás; una de ellas es invirtiendo en bosques, pero fuera de eso, realmente lo que hagas como consumidor, ya sea en la vida y en la economía, el 100% de las cosas en las que gastes tiene una huella de carbono que las acompaña.

Reducir es el primer paso, pero hay cosas que no puedes reducir, porque estás vivo, respiras y te alimentas y te vistes todos los días de tu vida. Seguimos consumiendo recursos finitos, es físicamente imposible no pensar en lógicas de compensación para recuperar los servicios ecosistémicos que se destruyen como consecuencia de la operación económica más básica.

Aún si hoy dejáramos de contaminar, reducir no sería suficiente. Hay que compensar, y siempre que existamos, habrá que compensar.


La adicionalidad es uno de los conceptos más complejos

y manipulables que existen en el mercado de carbono.

T: Finalmente, ¿cómo hacer buena acción climática? ¿Qué implica una buena compensación de carbono?

S: Hacer acción climática de calidad no debe ser una respuesta larga y tortuosa: es sencillo, sólo hay que hacerlo a conciencia. La correcta gestión del territorio implica una lógica donde se prioriza la conservación de lo que está ahora sobre la Tierra, la restauración de lo que está degradado y luego el aprovechamiento sostenible del territorio. Todo de una manera que genere un entorno de bienestar para las personas que habitan el territorio, principalmente, los dueños de las mismas tierras que representan la diferencia entre desastres ecológicos y una realidad sostenible, regenerativa, saludable y biodiversa. No es difícil hacer las cosas bien.

Fin de la entrevista



Aún nos queda mucho por lo que luchar y muchas acciones que tomar para construir el mercado de carbono que queremos. La compensación es una herramienta efectiva para enfrentarnos y resolver la crisis climática, sin embargo, si ésta no va de la mano de los dueños de la tierra, ni de precios justos, ni del bienestar, ni de la correcta gestión territorial, poco a favor del planeta y su gente está sucediendo realmente. A través de estas preguntas quisimos exponer la compensación de carbono desde un ángulo diferente, uno que reúne nuestra misión y nuestro quehacer para gestionar un mundo más sostenible.


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