Lo que compramos: tres estrategias para reducir la huella de carbono del transporte de tu pedido

A prácticamente dos años del inicio de la crisis sanitaria por COVID 19, muchas cosas han llegado para quedarse. Hemos visto la ventaja de desempeñar múltiples tareas desde casa y hemos puesto en práctica nuevos hábitos, pero si una cosa pudiera destacar sobre las demás, es que hemos adoptado al comercio electrónico como una de nuestras primeras opciones al momento de hacer compras. Desde pedir el supermercado por medio de una aplicación, hasta solicitar el envío de aquello que nos gustó en una página de internet, el comercio electrónico forma parte de una red de logística y de servicios que, si bien han crecido enormemente, requiere de especial atención cuando a sostenibilidad se refiere. En este artículo presentaremos una breve actualización de una de nuestras publicaciones anteriores sobre el comercio en línea para entrar entonces a detalle acerca de una de sus implicaciones más importantes: el transporte de los productos y mercancías y qué pueden hacer las empresas para que sea más amigable con el medio ambiente.
En agosto de 2020, publicamos un artículo en el cual se menciona que desde entonces se esperaría un aumento del 60% en las compras en línea en México para los siguientes meses, de acuerdo con estudios realizados por la International Data Corporation. Adicionalmente, en aquel momento se identificó que los productos y servicios que mostraron un crecimiento importante durante las semanas de confinamiento estaban relacionados con la salud y el bienestar, los alimentos, el entretenimiento (en especial las suscripciones a servicios de streaming digital) y los equipos electrónicos. ¿De qué manera hemos visto estas estadísticas evolucionar, especialmente durante el año 2021?
De acuerdo con información presentada por PayU en su reporte "E-commerce Latinoamérica, Evolución y tendencias (2019-2021)", el comercio electrónico durante 2020 en México reportó ventas por 368 millones de dólares y pronosticó que se registrarán ventas por aproximadamente 410 millones de dólares en 2021. Esto significa un aumento de alrededor de 11% en un año. Por otro lado, en los últimos meses se ha registrado un cambio en la preferencia de bienes y servicios, siendo estos aquellos que dejaron de adquirirse por los consumidores. Ejemplos de lo anterior son los que están relacionados con experiencias físicas, por ejemplo, restaurantes, compras en centros comerciales y entretenimiento. Estas conclusiones acerca del comportamiento de los consumidores durante el último año sugieren que, si bien las personas están cada vez más preparadas para hacer sus compras físicamente, también aumentará la necesidad de contar con excelentes plataformas de venta en línea, así como de sistemas de entrega confiables y sobre todo, sostenibles.
Anteriormente hemos hablado de la importancia de abordar la sostenibilidad a lo largo de la cadena de suministro de una empresa, sin olvidar especialmente a aquello relacionado con el transporte y la distribución aguas abajo. Esto incluye el transporte de los productos desde el sitio en el que fueron fabricados o ensamblados hasta múltiples puntos de distribución, y de los puntos de distribución a su destino final. Para el comercio electrónico y la entrega de los productos asociados, esto es una constante. Comúnmente notamos en los sistemas de rastreo la ubicación de los productos que compramos, pasando desde "se encuentra en las instalaciones" hasta "está en camino" y finalmente "entrega completada". Todo este proceso tiene una huella de carbono asociada, pues se requiere de camionetas que suelen funcionar con combustibles fósiles para completar el pedido. De acuerdo con datos de la Environmental Protection Agency, un pedido con un costo de envío de alrededor de 100 pesos tiene una huella de carbono de aproximadamente 7 kg de CO2. A estas cifras tenemos que sumar que aproximadamente el 5.5% de las emisiones a nivel global se deben al transporte y distribución de carga, siendo más de la mitad de esto debido al transporte por tierra. Si bien este último dato no incluye exclusivamente el proceso de entrega de nuestras compras en línea, sí es una cifra que integra distintos retos ambientales que ese paquete que esperas puede contribuir a solucionar.
En el artículo anterior, también mencionamos que es importante trabajar en entregas más limpias por medio de la optimización de las rutas. Existen distintas variables y factores que determinan qué tanto impacto genera una entrega para cierta ruta determinada. Algunas de esas están relacionadas con la manera en la que se utilizan los medios de distribución, otras con qué medio de transporte se emplea para llevar algo de un punto a otro o incluso con el mismo contenido transportado. ¿Cuáles son algunos de los retos para la optimización de las rutas y qué podemos hacer para disminuir el impacto climático?
Las millas vacías
Se conoce como millas vacías a aquellas ocasiones en las que un medio de transporte o de distribución sigue una ruta específica para la entrega de mercancía y una vez que termina la entrega, debe volver a su punto de origen completamente vacío. Este problema afecta a la empresa (la cual no percibe ningún tipo de ingreso), a los consumidores (a quienes en muchas ocasiones se transfiere el costo) y por supuesto, al medio ambiente. Existen múltiples iniciativas innovadoras que buscan conectar productos esperando ser entregados con unidades de transporte o distribución que no requieren regresar a su punto de partida. Algunas de dichas iniciativas han demostrado generar ahorros de millones de dólares y miles de toneladas de dióxido de carbono. En muchas ocasiones, los destinos no coinciden por completo, pero definitivamente estas iniciativas permiten mitigar un problema de grandes magnitudes.
Las toneladas-kilómetro
Una variable muy importante por considerar en los sistemas de logística es la cantidad de emisiones generadas por cada tonelada de producto que se mueve a lo largo de un kilómetro. Esta variable consiste en un factor de emisión de transporte para el cual a mayor peso o a mayor distancia recorrida, mayor será la huella de carbono. ¿De qué manera podemos innovar para modificar tanto el peso como la distancia de cierta mercancía? Existen proyectos en los cuales, por ejemplo, las empresas transportan los componentes del champú, pero sin agua. Esto les permite transportar cierto volumen de producto con mucho menos peso (el champú está compuesto de alrededor de 80% agua) por largas distancias hasta puntos de distribución donde finalmente se completa la mezcla. Por otro lado, ya existen distintas empresas con proyectos para surtir pedidos locales por medio de aplicaciones o internet. Consumir alimentos producidos localmente, por ejemplo, evitará rutas de transporte y distribución complejas, permitiendo que nuestros desayunos, comidas y cenas tengan una menor huella de carbono.
Si es más rápido, es más contaminante
Otro factor que es necesario tomar en cuenta es la velocidad a la cual se requiere entregar un pedido. En muchas ocasiones, algo que compramos puede venir desde muy lejos, teniendo que ser transportado inicialmente por avión o por barco y posteriormente por camión o por tren a los puntos de distribución. En esta ecuación, la ventaja de emplear vuelos o camiones consiste en los ahorros de tiempo. Esto quiere decir que son buenas opciones para entregas casi inmediatas. Por otro lado, la desventaja es que en términos de su capacidad de transportar mercancía, generan muchas más emisiones de gases de efecto invernadero. Contrario al avión y a los camiones, el transporte por barco y por tren suele ser más lento, generando menor cantidad de emisiones por unidad transportada. Para brindar más claridad, en términos de emisiones por tonelada-kilómetro, el transporte por barco genera 97% menos emisiones que el transporte por avión y el transporte por tren genera 90% menos emisiones que el transporte por camión. En este caso, es posible innovar en los sistemas de planeación de inventario. Empresas como Ralph Lauren han estudiado el comportamiento de sus consumidores para surtir su mercancía con meses de anticipación mandándola por barco, transportándola a sus puntos de distribución y finalmente satisfaciendo las necesidades de sus clientes a tiempo.
Estas y más son estrategias que las empresas deben tomar en cuenta para que aquellas cosas que adquirimos en línea o que pidamos tengan un impacto climático más bajo, especialmente si las tendencias de compra en línea siguen a la alza. Definitivamente existen muchos otros retos que resolver alrededor de los productos que consumimos, siendo algunos de ellos el reciclaje y la reducción de empaques, la implementación de modelos de entrega circulares (puedes leer más de la economía circular aquí), el uso eficiente de la energía y desde luego, emplear medios de transporte que funcionen con energía limpia. Pero tener más conciencia sobre qué pedimos, en qué presentación, de dónde viene y cómo se transporta a nosotros es un paso importante como consumidor para ser parte más activa en la cadena de suministro y su huella ambiental. Si quieres amplificar la información que expusimos sobre la posibilidad de un transporte más limpio, te invitamos a compartir este artículo.
Ángel Estrada y Juan Felipe Arango (2021), "Crece el consumo en México al cierre del 2021", https://www.ey.com/es_mx/strategy/consumo-en-mexico-2021
IDCOnline (2020, )"Las plataformas de e-commerce durante la cuarentena", https://idconline.mx/corporativo/2020/06/01/las-plataformas-de-e-commerce-durante-la-cuarentena
Mireya Cortés (2021), "Pronostican cierre de ventas en e-commerce por 410 millones de dólares en México", https://cio.com.mx/pronostican-cierre-de-ventas-en-e-commerce-por-410-millones-de-dolares-en-mexico/
Yossi Sheffi, Edgar Blanco (2018), "Balancing Green. When to Embrace Sustainability in a Business (and When Not To)"
Explora reflexiones, investigaciones y aprendizajes de campo de nuestro trabajo en la restauración de ecosistemas.