Conectividad y difusión, ¿Cómo acercarnos a una sociedad neutra en emisiones de carbono?

Desde que existe el internet, contamos con una manera inmediata de compartir información, datos e incluso multimedia a cualquier lugar en cualquier momento. Esto ha afectado la manera en la que crecemos como sociedad de distintas maneras; de entrada, a los que crecimos con dicha tecnología y a las generaciones que nacieron con la misma nos ha vuelto poco pacientes. Tenemos una fuerte dependencia al acceso inmediato a todo tipo de información. Si necesitamos saber algo que no sabemos, estamos a tan solo una rápida búsqueda en la palma de nuestra mano. Si necesitamos conectar o saber de alguien, estamos a un mensaje instantáneo de distancia el cual llega a la otra persona en cuestión de segundos. Claramente no todo es negativo, este protocolo de comunicación y esta nueva era de información instantánea también nos ha hecho más conscientes y empáticos a los hechos y situaciones que suceden cerca y lejos de nosotros. Desde algunos años atrás, se ha comunicado e informado a muchas personas de la crisis climática a la que nos enfrentamos y a raíz de esto se ha formado un movimiento importante de gente activista que busca el involucramiento de gobiernos, empresas y la demás población en tomar acciones climáticas.
¿Esto es toda la difusión que podemos hacer al respecto? ¿Estamos explotando suficiente la conectividad con la que contamos? Desde mi punto de vista, las respuestas a estas dos preguntas son negativas. En este artículo elaboraré un poco más al respecto y quedará un poco más clara la oportunidad en la que la conectividad inmediata y la difusión a través de medios digitales puede ayudarnos a mejorar las acciones climáticas que tomamos.
Uno de los retos que tenemos como especie actualmente es que cada uno de nosotros conozca y sea consciente de su impacto ambiental. Todos somos diferentes, tenemos distintos hábitos y diferentes patrones de consumo. Lo anterior, hace que nuestra huella de carbono (la cantidad de gases de efecto invernadero que terminan en la atmósfera como consecuencia de nuestras acciones) sea de diferente magnitud. Desafortunadamente hemos llegado a un punto donde no hay retorno, no podemos detener la vida como la conocemos y esperar que la salud de nuestro planeta se regenere con el tiempo, y esta es la razón por la cual tenemos la responsabilidad de conocer nuestro impacto ambiental y compensarlo.
Actualmente existen calculadoras de emisiones rústicas y de fácil acceso para cualquier persona, sin embargo, no hay suficiente información ni se ha generado la consciencia global que necesitamos para que todos nos involucremos en medir constantemente nuestra huella de carbono y tomemos acciones al respecto. Es aquí en donde llego al primer punto del Pilar 1: Conectividad y Difusión. ¿Qué pasaría si la medición de nuestro impacto ambiental fuera algo que se hace automáticamente por nosotros? Voy a ejemplificarlo para que sea más claro.
La huella de carbono de una persona se compone de diferentes criterios, siendo los más importantes los siguientes: vuelos, transporte, consumo de gas, consumo de electricidad, vivienda, dieta y los patrones de consumo de bienes materiales. ¿Cómo podemos medir el impacto de todo esto sin hacerlo conscientemente? A Santiago, uno de mis socios y director general de Toroto, le gusta mucho decir la siguiente frase: "No se puede contaminar sin gastar, ni se puede gastar sin contaminar". Desde la primera vez que lo escuché decirlo, nos pusimos a discutir como una persona puede conocer su impacto ambiental a través de sus gastos. Ya todos tenemos una aplicación de nuestro banco en donde llevamos control de todo lo que compramos y todo en lo que gastamos nuestro dinero, incluso hay algunas aplicaciones móviles (de empresas fintech o de los mismos bancos) que ya categorizan nuestras compras por nosotros, esto lo hacen para que sepamos exactamente en qué gastamos y en donde están nuestras áreas de oportunidad para ahorrar. ¿Qué pasaría si orientamos esta funcionalidad hacia la medición de nuestra huella de carbono? En un escenario ideal, una persona debería de conocer la huella de carbono de cada objeto que compra, cada servicio que adquiere y en general de todo lo que consume. Aunque el mercado de carbono es un mercado creciente y aún no hay tanta información acerca de la huella de carbono de los productos que compramos y consumimos, sí podemos hacer un estimado de nuestro impacto según los gastos que hacemos. Si conocemos el importe de los recibos de luz y gas, podemos entonces estimar la cantidad de kW/h que hemos consumido, del mismo modo, si conocemos el importe de gasolina que compramos entonces podríamos estimar la cantidad de CO2 que liberará esa gasolina al ser consumida por nuestro auto. Si conocemos los destinos de nuestros vuelos, entonces también podemos estimar la cantidad de CO2 que el avión necesitará liberar para llevarnos. Aunque la propuesta anterior sigue teniendo vacíos (como todo lo que se adquiere en efectivo) y oportunidades, creo que sería un buen primer ejercicio para acercar a todas las personas a su huella de carbono.
Hasta ahora, me he enfocado en la medición de la huella de carbono de individuos y no de empresas, esto es por que para empresas existen protocolos internacionales que se utilizan para hacer la medición del inventario de las emisiones de la empresa. El inventario de emisiones es el término que se utiliza para el cálculo preciso de la huella de carbono de una empresa. A diferencia de la estimación de la huella de carbono de un individuo, el inventario de emisiones de una empresa requiere un grado de precisión importante y la categorización de las emisiones es diferente. Por todo lo anterior, los inventarios de emisiones de las empresas son realizados por equipos expertos en Gestión de Carbono. En algunos lugares del mundo, existe un mercado de carbono regulado y algunas empresas tienen obligaciones legales de conocer su inventario de emisiones y compensar alguna parte de este. La tendencia actual nos dice que eventualmente todas las empresas deberán contar con su inventario de emisiones y conocer su impacto ambiental.
Tanto individuos como empresas deberían contar con un mecanismo o portal digital en el cual puedan dar seguimiento a la medición de su huella de carbono, medir y compartir el progreso que logren tener para reducir su impacto y finalmente contar con una opción viable para compensar las emisiones que no logren reducir. Si todos y cada uno de nosotros pudiéramos estar informados de nuestro impacto ambiental tal como estamos informados de nuestros balances en cuentas de banco, o informados de las actividades de las personas a las que seguimos en Instagram, diario tendríamos la oportunidad de mejorar nuestros hábitos e incluso de tomar acción climática desde un dispositivo tan cotidiano como lo es nuestro teléfono celular o computadora.
Además de que todos conozcamos nuestra huella de carbono, también es necesario que se normalicen las mediciones de cantidad de CO2 que tienen los bienes y los servicios que consumimos. Estoy seguro de que en algún momento no tan lejano será tan común conocer la huella de carbono de productos, así como ahora lo es el contenido calórico y la información nutrimental de los mismos. Será de suma importancia medir y difundir el impacto ambiental real que tiene todo lo que adquirimos. Lo anterior es como la difusión de información será un elemento clave en la transición a una sociedad neutra en emisiones de CO2.
Cuando logremos generar suficiente conciencia acerca del problema al que nos enfrentamos como especie y logremos sumar a la mayor cantidad de personas a tomar acciones climáticas será entonces una cuestión de decisión propia. Si una persona consciente tiene la opción de decidir entre dos productos diferentes y uno de los factores de decisión es la huella de carbono de ambos productos, entonces se generará una tendencia hacia solamente consumir productos de impacto ambiental bajo o incluso nulo. Lo anterior generará una tendencia en el mercado y sobrevivirán solamente los productos con menor impacto sobre el planeta.
Para concluir, me gustaría enfatizar en algunos de los puntos clave de este Pilar Tecnológico que nos ayudará en la lucha contra la crisis climática. Primero, contamos con una herramienta de comunicación como nunca como especie y debemos sacarle todo el provecho posible para generar un futuro compatible con la vida. Generar una sociedad consciente es trabajo de todos y debemos poder difundir información, conocer y difundir nuestra huella de carbono y normalizar términos ambientales para que todos podamos tomar las acciones climáticas que sean de nuestra preferencia. Segundo, las empresas bancarias y las fintech jugarán un rol importante en el proceso de concientización y construcción de la huella de carbono de los individuos. Debemos poner en la palma de la mano de las personas plataformas digitales que calculen el impacto ambiental que tienen nuestras acciones, hábitos y patrones de consumo, entre más logremos acercar a personas y empresas a su huella de carbono, mayor será el incentivo para disminuir ese impacto ambiental que tiene cada uno de nosotros. Finalmente, debemos acercarnos a la difusión de la huella de carbono de los productos y servicios que adquirimos y eventualmente todos debemos poder decidir apoyar, comprar o adquirir productos y servicios con la menor cantidad de emisiones generadas. Y así es como, a través de canales de comunicación debemos ser capaces de difundir y estar conectados con no solamente el impacto que tenemos como individuos, sino también el impacto que tiene todo lo que compramos y hacemos.
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