Calaverita en ofrenda a la tierra y sus ciclos

En el monte el viento sopló
Pequeña semilla arrojó
Aunque reseco el suelo estaba,
Mucha vida le quedaba
Por años se labró,
Con químicos se dañó;
Fue difícil entender
Que todo puede volver a nacer
La esperanza aún vivía
Pero el campo no lo sabía
¡Resiliencia! La semilla declamó
Sólo el silencio le respondió
Inocente la semilla era,
Su primera primavera
Cansancio sentía el suelo,
Poca agua, mucho anhelo
"Mira el sol, ¡cuánto brilla!"
Con maravilla, decía la semilla
"Quema el sol con intensidad"
Dijo La Sombra; dichosa duplicidad
Asustada, la semilla tembló
Sacudido, su entorno por fin despertó
El viejo suelo la abrazó,
Y el agua anhelada llovió
Satisfecha, La Sombra sonrió
Pues su cometido se aplazó
Así, en su refugio brotó
Aquella semilla que el viento sembró.
Explora reflexiones, investigaciones y aprendizajes de campo de nuestro trabajo en la restauración de ecosistemas.